miércoles, 4 de noviembre de 2015

La "purificación" franquista. Un plan para separar la Catedral de la Mezquita de Córdoba

A pocos días para que se cumplan cuarenta años de la muerte del dictador Francisco Franco, me ha parecido interesante explicar como se gestó el plan para "sacar" la Catedral de la Mezquita de Córdoba, con el fin de devolver el histórico edificio a los musulmanes. Cómo cordobés, me parece sumamente interesante tratar este tema, pues de haberse ejecutado habría cambiado, para siempre, la estética, y la historia, del monumento más emblemático de nuestra ciudad.

EL PLAN DE "PURIFICACIÓN" Y "TRASLADO"
 
El origen del plan de "purificación" tendríamos que situarlo en 1966, año en el que Faisal, rey de Arabia Saudí entre 1964 y 1975, realizó una visita oficial a España, siendo Córdoba una de las paradas programadas en la visita del rey saudí.
Visita del rey Faisal a España, junio de 1966

Cómo cualquier otro visitante que se adentre en su interior, el rey Faisal quedó maravillado con el interior del monumento hasta el punto, según dicen, de echarse a llorar de emoción. Tal fue la sensación que el templo levantó en el real visitante que ofreció a Franco 10 millones de dólares (unos 599.685.346 millones de pesetas de la época) a cambio de un permiso para que los musulmanes pudiesen rezar en el interior del templo hasta tres días a la semana.
La idea no debió caer en saco roto, pues Franco siempre quiso agradecer el apoyo recibido por las tropas musulmanas del Protectorado de Marruecos en nuestra Guerra Civil (no deja de ser curioso esta participación en la "Cruzada Nacional", nombre con el que se referían los miembros del ejército sublevado al conflicto armado). Este "agradecimiento", por parte de Franco, quedó recogido en el artículo escrito por Juan de Contreras y López de Ayala, IX Marqués de Lozoya, en el diario YA, publicado el 5 de noviembre de 1972: 
 
«...un impulso de gratitud al mundo islámico, que tan eficazmente había contribuido a la victoria, de desmontar y de trasladar la catedral gótico-renacentista de Córdoba para restituir la Mezquita a su integridad estilística y a su antiguo destino para que fuese, como lo fue en el siglo X, centro espiritual del Islam.»

Rafael Castejón y Martínez de Arizala, principal artífice del proyecto
El proyecto de "purificación", como comenzó a ser conocido el plan, contó con el apoyo de dos pesos pesados de la órbita intelectual cordobesa: el arquitecto Rafael de la Hoz Arderius (1924 - 2000)y el veterinario, historiador y erudito arabista Rafael Castejón y Martínez de Arizala (1893 - 1986). «...que concibieron un espacio abierto y fléxible, crecedero y dinámico opuesto al espacio clásico de inspiración greco-romana, que se traza siempre de una manera cerrada y se fija estáticamente en sí mismo...»; el segundo, que había ejercido de guía en la visita que realizó el monarca saudí en 1966, afirmaba la viabilidad del proyecto de "extraer" las dos catedrales cordobesas, la gótica y la renacentista, y trasladarlas a un nuevo emplazamiento. De igual forma, afirmaba que para la reparación de la Mezquita se podían emplear las columnas "ocultas" tras la mampostería cristiana.
Rafael de la Hoz
El primero se refería al proyecto como "la idea", pues creía que era deber de todos devolver el aspecto original a la Mezquita, tal y como lo habían soñado sus constructores originales
Todo parecía indicar que el proyecto saldría adelante al contar con un respaldo muy cercano al Gabinete del Régimen (José María Circada, obispo de Córdoba entre 1971 y 1978, dejó escrito en sus Memorias una conversación con de la Hoz, quién decía que el sueño de extraer la Catedral de la época de Carlos V, y dejar el templo tal y como lo encontró Fernando III tras la conquista, era tan suyo como del propio Franco).
Sin embargo, surgió un contratiempo que, como después se vio, terminó por arruinar el plan de "purificación". Y, cómo dice esa expresión coloquial de origen cervantino, con la iglesia hemos topado.
Manuel Nieto Cumplido, el canónigo que detuvo el proyecto de "purificación"
La todopoderosa Iglesia Católica del Régimen franquista mostró, desde primera hora, su oposición y rechazo a la idea de separar el monumento musulmán del templo cristiano. El adalid que el Obispado de Córdoba eligió para defender su postura fue al canónigo archivero de la Catedral de Córdoba, Manuel Nieto Cumplido. Éste aunó sus esfuerzos en conseguir que el mayor número de instituciones, e intelectuales, se agrupasen en contra de la intervención en el monumento. Tanto instituciones de primer orden, como la Real Academia de San Fernando, como personalidades de los círculos intelectuales de la ciudad, como el afamado arquitecto Félix Hernández Giménez (1889 - 1975), mostraron su público rechazo al proyecto de "purificación".
Félix Hernández rechazó apoyar la idea impulsada por Rafael Castejón
Tal fue el debate que se originó entre los distintos bandos que provocó que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus siglas en inglés), organismo dependiente de la ONU que concede el status de Patrimonio de la Humanidad, pospusiese su visita a Córdoba para evaluar la inclusión de la Mezquita-Catedral (en 1972, el Ayuntamiento de Córdoba, presidido por Antonio Alarcón Constant, había solicitado al ICOMOS la inclusión del templo como monumento internacional).
En abril de 1973 el ICOMOS realizó una reunión en Córdoba para concretar la evaluación del monumento cordobés y su inclusión en el listado de monumentos internacionales. A través de los artículos detallados sobre la intervención que había publicado en la revista Arquitectura y ABC, Rafael Castejón y Martínez de Arizala confiaba en que el organismo internacional estaría a favor de la misma. Sin embargo, y a través de su vicepresidente, Gabriel Alomar i Esteve (1910 - 1997), el ICOMOS rechazó la intervención en el monumento, alegando que tal acción podía suponer un error de enormes dimensiones, por lo que consideraba que la opción más acertada era dejar el templo tal y como estaba.
El Gobierno español dio por finalizado el debate acatando la recomendación realizada por el ICOMOS. Y en lo que respecta a lo involucrado que pudo estar Franco en el proyecto (tal y como decía de la Hoz "era su sueño"), lo cierto es que jamás lo sabremos con absoluta certeza. Lo cierto es que para cuando el plan se dio por descartado, en 1973, Franco había iniciado ya un declive, tanto físico como mental, que le llevaría a su deceso final el 20 de noviembre de 1975.

LA MEZQUITA-CATEDRAL DE LA POLÉMICA
 
Por ser un edificio único, la Mezquita-Catedral de Córdoba ha sido protagonista involuntaria de más de una polémica en cuanto al uso que se le debería dar. 
Quizás el momento que más nos gusta recordar a los cordobeses sobre la historia de nuestro monumento más universal es aquel que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XVI.
Carlos V se arrepintió al contemplar la Mezquita de Córdoba
Siendo rey Carlos I, el Cabildo catedralicio mostró su interés en levantar una nueva catedral más acorde con los gustos arquitectónicos del momento. El Cabildo de la ciudad se opuso a esta medida, defendiendo la integridad del edificio. En vista de que el conflicto entre la Iglesia y la ciudad no alcanzaba ningún acuerdo, recurrieron al rey. Carlos I, ajeno a toda esta polémica, dicto sentencia favorable al Cabildo catedralicio, el cuál inició las obras de desmontaje de las columnas que debían sustituirse para dar paso al nuevo edificio.
En su viaje a Sevilla para desposarse con Isabel de Portugal, el césar Carlos se detuvo en Córdoba. Acudió a visitar la obras que se llevaban a cabo en el templo y ahí fue cuando comprendió cuan equivocado estuvo al fallar a favor del Cabildo. A este episodio se le ha adjuntado la célebre frase que dicen que dirigió a los miembros del Cabildo catedralicio:

«Yo no sabía lo que era esto, pues no hubiese permitido que se llegase a la antigua; porque hacéis lo que puede hacerse en otras partes, y habéis deshecho lo que era singular en el mundo»

Antonio Jaén Morente propuso darle a la Mezquita un uso como museo hispano-musulmán
Nuevamente, en un tiempo más contemporáneo al nuestro, nuestra Mezquita-Catedral volvió a estar en el "ojo del huracán". Esta vez fue durante una sesión de las Cortes de la II República. En diciembre de 1931, el diputado por Melilla, Antonio Acuña Carballar, solicitó la devolución al culto musulmán de la Mezquita-Catedral como un gesto compensatorio, y de buena voluntad, por el sufrimiento que España causó a sus moradores musulmanes. Al parecer la propuesta no paso de ahí.
En 1936, el cordobés Antonio Jaén Morente, también en una sesión de las Cortes republicanas, propuso la conversión del edificio en un museo que mostrase al mundo lo mejor del mundo hispano-musulmán. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil paralizó cualquier tentativa sobre el edificio, el cuál continuó con su función de templo religioso.
A día de hoy, la Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de los monumentos más visitados de nuestro país. Cada día, miles de turistas cruzan su entrada y quedan maravillados ante la belleza de un edificio que aúna, en su interior, lo mejor del mundo cristiano, y del musulmán, mientras permanece ajena a cualquier nueva polémica que surja sobre su figura.

Fuentes:

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